Pensamos que estamos deprimidos, quizás porque las cosas no nos salen como queremos o como algún día las planeamos. No estás deprimido, estás distraído en un mundo que te rodea de vacíos y de situaciones irrelevantes que sólo provocan desolación y desconcierto. Distraído de la vida que nos rodea, tienes corazón, cerebro alma y espíritu, entonces cómo podemos sentirnos pobres y desdichados.
No estás deprimido, estás distraído por esa vanidad y ambición que te muestra el mundo moderno, tu vida y tus cosas están a cargo de pensamientos e ideas vanas que la juventud te ofrece hoy. Todo te fue dado, no hiciste ni un pelo de tu cabeza, por lo tanto no eres dueño de nada ni de nadie. Piensa que la vida no te quita cosas, te libera de cosas. No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. No hay muerte, hay mudanza; en el más allá nos esperan personajes maravillosos como San Agustín, Gandhi y otros y ese ser en el que pusiste un día tu vida y se la quitaste porque ya lo olvidaste: Dios.
Si hacemos lo que amamos seremos felices y estaremos condenados al éxito, que deberá llegar cuando deba. No estás deprimido, estás desocupado; porqué no poner tus conocimientos en práctica, lo que tus padres han construido para tu vida profesional, aquella escala de valores y principios que practicaste hasta los 13 años, porque hoy prefieres hacer sólo lo que va en contra de esos principios, todo lo que atente contra tu libertad y tu felicidad.
Quédate quieto y en silencio, para escuchar al sabio que llevas dentro, el que tiene siglos, no años como tu cuerpo. Así deberías considerar tu cuerpo como un templo sagrado, como un espacio en el que nadie puede entrar a perturbar. ¿Qué logras con mostrarte cada vez más?... si eres mujer, estás muy equivocada si un hombre se va a interesar en ti para formar un hogar, donde la luz de ese hogar sea una mujer ambiciosa, egoísta y plástica…y si eres hombre, a las mujeres les gusta sentirse protegidas y amadas, porqué creer que a todas las tienes en tus manos, y que puedes jugar con todas al mismo tiempo. Esa es la mejor forma de ver las cosas, saber que el hombre y la mujer fueron creados para acompañarse no para pisotearse.
Para ti joven, no perdiste la inocencia, sólo la escondes por miedo a la burla de los que sólo pueden juzgar porque la perdieron. Déjala salir y comenzarán los juegos de tus primeros años, ahora enriquecidos por la inteligencia y por tus valores, libérate de los preconceptos de la memoria, mira todo como primera vez, te salvarás del aburrimiento que entristece a los que creen saberlo todo.
No estás deprimido, estás distraído.
lunes, 23 de julio de 2007
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