La pobreza impide disfrutar de su niñez a millones de niños y de niñas de todo el mundo. La pobreza los despoja de las capacidades que necesitan para sobrevivir, desarrollarse y prosperar. Les impide disfrutar la igualdad de oportunidades.Con respecto a lo anterior y a la falta de una educación básica de calidad,
la infancia y la adolescencia que, en muchas ocasiones, sufre situaciones de explotación y trabajo riesgoso para su integridad personal, se han visto obligados a realizar cualquier tipo de trabajo por la necesidad de contribuir a la economía familiar o para sobrevivir. Son estos menores de edad los que precisamente han recibido una educación básica impropia, si es que la han recibido, o incluso no han tenido vía a este derecho tan fundamental para su futuro.
Los padres de familia, entonces, son los forjadores y creadores de ideas para la educación básica de sus hijos. Es una problemática que nos concierne a todos y no podemos ser intransigentes con respecto a este tema.
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